Vivimos a ratos en trizofrenia:

Pienso “estoy tranquila”, me siento insegura y actúo con dureza

Pienso “estoy comprometida”, me siento de mal humor y actúo con amabilidad

Digo sí, estoy triste y pienso “no”.

La trizofrenia debilita. Uno se agota, queda sin fuerzas, sin ningún centro de energía. Uno se siente desmembrado, un revoltijo de partes que simplemente reacciona a lo que venga. Todos conocían esa sensación en mis sesiones.» Gabrielle Roth.

Vamos haciendo concesiones, funcionando sin conciencia para alinearnos con el sistema, tironeados por las contradicciones de afuera y por las paradojas y dilemas internos, intentamos alinearnos con lo que se supone que “tenemos que hacer”.

Podemos aumentar la coherencia si escalamos las tareas a los objetivos y los objetivos a los metaobjetivos y al propósito ¿de que se trata realmente?, ¿qué quiero?, ¿para qué lo quiero? ,¿en qué conecta con mis valores?, ¿en qué medida me importa?, ¿en que medida me aporta valor real, y a los demás y al sistema?.

Share This