Técnicas de coaching orientadas a la solución

Técnicas de coaching orientadas a la solución

No hace falta conocer el problema para solucionarlo.
Expresado en términos de Steve de Shazer (De Shazer, 1988) para abrir una puerta no es necesario tener una llave que se corresponda exactamente con la forma de la cerradura, sino que es suficiente con usar una ganzúa que abra el mecanismo.

La situación actual está haciendo que necesariamente modifiquemos algunos de nuestros hábitos de trabajo y de vida. Por ejemplo, nuestra forma de organizarnos en el trabajo y en los cuidados familiares.

Con los cambios obligados, hemos realizado grandes descubrimientos: la responsabilidad de las personas, los beneficios de no desplazarse, de una mayor flexibilidad horaria tal vez o una mayor posibilidad de conciliación, surgen otras oportunidades también para los negocios.

De igual modo han surgido nuevos desafíos, que no son solamente tecnológicos. El mayor de todos ellos: lidiar con la incertidumbre actual en todos los ámbitos. A algunos se nos ha movido el horizonte, algunos caminos se han cerrado por el momento, o no sabemos como continuar avanzando por el camino por el que transitábamos.

Estos movimientos de tierras piden cambios paradigmáticos.
Por eso, más que nunca, el enfoque orientado a la solución tiene sentido: no hace falta analizar el problema, pues la solución no se generará desde lo que lo causó, si no que se diseñará al generar futuro.
Identificar qué es lo que se quiere conseguir, que futuro uno desea para uno mismo y para su alrededor; detectar sus recursos y/o los de la red social y/o profesional; ayudarles a encontrar formas de conseguir ese futuro deseado y buscar modos de mantener en marcha estos logros.

Ésto es lo que consigue el Coaching al más puro estilo: generar futuro deseado, movilizar los recursos disponibles del cliente y acompañarle en la toma de decisiones hacia su futuro elegido, fomentando que los clientes asuman el control y la responsabilidad por los cambios conseguidos.

La forma de conseguirlo es a través de una conversación, a partir de preguntas.

Tres tipos de conversaciones son claves en este enfoque:
1º.- Conversaciones para proyectar futuro basadas en la pregunta “milagro”.
2º.- Conversaciones para conectar con los propios recursos, basadas en preguntas de “excepción”.
3º.- Conversaciones para que el cliente asuma la reponsabilidad por los avances, basadas en preguntas de escala.

 

Àngels Pons
Socio Fundadora

 

¿Dónde decido poner la energía?

¿Dónde decido poner la energía?

¿Dónde decido hoy poner el foco? Donde pongo el foco, pongo mi energía

Me levanto pronto por la mañana y hoy también decido correr. Empiezo ya subiendo, un paso tras otro, noto mi respiración, poco a poco voy entrando en calor. La subida continua y a medida que pasa el tiempo voy sintiendo más cansancio y también bienestar. El camino es irregular, piedras y surcos de las últimas lluvias. Mi mente empieza a 1000 por hora y poco a poco se va calmando, sintonizando con el entorno.

Decido poner consciencia y hacer zoom en la salida y me surgen algunas preguntas ¿Dónde he puesto hoy mi foco, mi atención? ¿En el punto más alto de la cuesta, el punto de inflexión, donde por fin empieza la bajada? ¿En la cuesta? ¿En el camino recorrido? ¿En el disfrute con las vistas? ¿En las piedras y surcos que tengo justo delante para no tropezar? ¿En los olores, colores, sonidos y sensaciones tan vivos aquí arriba? ¿En mi cansancio? ¿En mi bienestar? ¿En mis preocupaciones y otros pensamientos que, si les doy espacio, giran de forma circular?…

Valga la metáfora para mi día a día. ¿Dónde pongo el foco en mi día a día? ¿En lo que hay en mí y en personas de mi entorno o en lo que falta? ¿En lo que depende de mí o en lo que depende de otros?¿Cuándo algo no sale según mis expectativas, pongo mi atención en los errores o en los aprendizajes? ¿Qué cambia cuando pongo el foco en un sitio u otro? ¿Cómo me siento? ¿De qué manera impacta en los demás? ¿Qué pasaría si de forma consciente cambio mi foco?…

Donde pongo el foco, pongo mi energía. ¿Dónde decido hoy poner el foco?

Anna Bargallo 

Coach y Coordinadora académica de la Escuela de Coaching Abiwell

El fondo que emerge

El fondo que emerge

Sentir, hacernos preguntas y compartir

En el mar del confinamiento parece que experimentamos gratitud por la salut propia, tristeza por la falta de salut de otros, perplejidad por el presente, alegrías por reencuentros, añoranza por separaciones, días de bruma por el exceso de lo que nos rodea, celebración por el trabajo que se mantiene y preocupación por el que desaparece…

Después del desconcierto inicial y de la hiperactividad siguiente, observo que en nuestras conversaciones hay cada vez pensamientos más reposados y que asoman INQUIETUDES de futuro, como una corriente de fondo que aboga por salir a la superficie.

Disfruto las conversaciones donde estas inquietudes profundas afloran, con pocas palabras, tiempo lento y emoción. Compartir de verdad, lejos de bloquearme, me ayuda a procesar y a sentirme conectada con los demás.

Con todo el respeto por la diversidad, y por tanto, por las personas que genuinamente se siente estupendamente estos días, rompo una lanza por aflorar inquietudes sin tapujos y no taparlas con multitud de haceres o con frases “happy”, por no buscar certezas acudiendo a recetas simples, por hacernos preguntas con humildad, por prestar atención a lo que emerge y compartirlo.

  • ¿a qué normalidad queremos volver?
  • ¿qué de bueno ha emergido y queremos que se quede? ¿cómo lo sostenemos?
  • ¿qué ha sucedido que nos muestra en clarito y trasparente lo que ya había? ¿qué queremos hacer con ello?
  • ¿qué costuras se han roto y ya no queremos remendar?
  • ¿qué necesita curas?
  • ¿cómo infundir energía, desde la empatía y vulnerabilidad?
  • ¿cómo me reubico?
  • ¿qué futuro traigo al presente?, ¿qué presente llevo al futuro?
  • ¿qué posibilidades se nos han abierto/cerrado?
  • ¿qué está en nuestra mano?

Abrazar y compartir las preguntas e inquietudes para procesar juntos lo que nos ocurre y dar paso al aprendizaje.

¿Nos pilla por sorpresa o nos pilla sesgados?

¿Nos pilla por sorpresa o nos pilla sesgados?

La última sorpresa predecible

Tim Harford, en su interesantísimo artículo “Why we fail to prepare for disasters”, publicado estos días en el Financial Times, señala que efectivamente algunos de los últimos desastres que ha habido en el mundo nos han cogido desprevenidos, pero no por falta de información.

De hecho,  llama al coronavirus “la última sorpresa predecible”: estábamos avisados tanto por expertos como por la realidad de pandemias anteriores…y sin embargo nos pilló no preparados. ¿porqué?

Harford identifica  5 sesgos, todos ellos consistente en emitir jucios de poco fundamento, que nos impiden actuar eficazmente ante riesgos claros y conocidos:

1.- Sesgo de Normalidad o Instinto de Rebaño: imitamos las señales que recibimos de otros y al final, los unos por los otros, nadie se mueve.

2.- Sesgo de Optimismo: el pensamiento de que todo irá bien, de que lo malo no sucederá, sin fundamento alguno. Una derivada de éste sesgo es el Optimismo Egótico: lo malo sí puede suceder, pero no a mi no.

3.- Pánico Negativo: somos a menudo lentos en reconocer el peligro y confusos en ofrecer una respuesta.

4.- Miopía Exponencial: subestimamos en 10 veces los procesos exponenciales

5.- Ilusión Mental: elegimos como señales aquellos datos que se ajustan a las conclusiones que deseamos extraer. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Cuando me miro a mi misma y a los demás, observo sin duda varios de los sesgos que dice y su despliegue en el día a día.

El sesgo que más me llama la atención es el del Optimismo y del Optimismo egótico . Tal vez la corriente actual de “Be positive”, aunque nos puede inyectar ánimos y energía, también nos  puede pasa factura.  Todos estos comentarios: “seguro que al final estaremos bien, a nosotros no nos pasará, ésto es una gran oportunidad, las cosas cambiarán para mejor, la nueva normalidad será mejor que la de antes.”…¿para quién?,¿en qué nos basamos exactamente?

¿Cómo combinamos declaraciones poderosas, que nos ayuden a construir un futuro mejor, (o en algunos casos a sobrevivir en el presente) sin pasar por alto hechos relevantes que están ahí y que sin tenerlos en cuenta nos va a pillar el toro?

Articular ESPERANZA y REALISMO me parece un desafío humano grande.

Por eso pienso que lo abordaremos mejor desde un “nosotros”, escuchando y compartiendo miradas y sentires diversos.

 

¿Eres líder ombligo o líder bisagra?

¿Eres líder ombligo o líder bisagra?

Una función fundamental de un buen líder es generar vínculos profesionales fuertes, de calidad, ya sea entre los integrantes de su propio equipo como entre el equipo y otros sistemas a los que pertenece: la organización, otras áreas del negocio, el corporativo, la matriz, prescriptores, inversores, clientes, usuarios finales, colegios profesionales, sector público relacionado, comunidad en la que se está inmerso…

 

Dedicar las energías que hace falta a ello no es además de nuestras funciones habituales, si no que es primordial para contar con equipos empoderados y conectados con todo lo que les rodea, lo que permite que desplieguen su potencial con conciencia y sentido, escuchando y reconociéndose y comprendiendo los contextos y sistemas con los que se afecta mutuamente.

No es posible estar en el centro del equipo, ser los que más sabemos de todo, tenerlo todo controlado, ejercer de mediadores entre los conflictos interpersonales… y además ejercer de bisagra.

Mejor vamos aceptando que somos limitados y mejor que lo queramos ser….entonces tendremos el placer (o no nos quedará más remedio) que contar con otras personas que sean en algunos temas más competentes que nosotros, que el equipo tome decisiones sin nosotros y que tiren millas sin que pretendamostenerlas controladas.

Es decir, soltar unas cosas, de las que se puede hacer responsable el equipo para hacernos cargo de otras que son indelegables y que nos sirven para generar vínculos de calidad internos y externos:
  • Generar y sostener un futuro deseado común
  • Promover un clima de confianza y ambición
  • Asegurar la pertenencia
  • Facilitar conexiones y tejer complicidades
  • Proporcionar una información fluida y útil en todas direcciones
  • Proveer de sentido las decisiones tomadas por el equipo y las decisiones tomadas en otros ámbitos y que afectan al propio equipo

Nuestras habitualidades como líderes las deberían constituir todos los indelegables.

¿Cuántas energías hemos de dedicar a generar vínculos internos y externos?

La necesidad de generar vínculos tiene una correlación positiva con la  complejidad organizativa y sectorial: a mayor complejidad, mayor porcentaje de dedicación a generar vínculos es necesaria.

Podemos establecer un mínimo de un 50% de nuestra atención y acción.

 El otro 50% correspondería a objetivos, resultados, tareas, funciones, capacitación y motivación de personas.

 

¿En qué porcentaje vínculos internos y externos?

Se aconseja un mínimo de un 50% a vínculos externos y si ya tenemos el equipo  maduro, entonces podríamos dedicar hasta un 80%.